La vejez no es una enfermedad, no sobra decirlo. Es un momento perfectamente normal en la vida de nuestro perro en el que requiere de unos cuidados especiales, como también los necesitó cuando era un cachorrito. No es tampoco un motivo de tristeza o “el comienzo del fin” de nuestra relación con él: los perros pueden vivir una vejez en bienestar y ser muy felices a nuestro lado.
Acá te damos algunos consejos para el cuidado de tu perro senior:
- Identifiquemos cuándo es realmente “viejito” nuestro perro: No hay una edad exacta en la que podamos decir “mi perro está viejo”. Ello varía de acuerdo a su raza, tamaño o condiciones previas de vida. Si es grande, por ejemplo, tiende a envejecer un poco más rápido que si es pequeño; o, si ha vivido experiencias traumáticas, podrá haber perdido algunos de sus dientes o presentar desgaste en sus articulaciones y podemos hablar entonces de envejecimiento prematuro.
En realidad, somos nosotros, al compartir día a día con él, quienes podemos identificar los cambios que nos indican su edad avanzada, como la aparición de pelaje blanco y callitos en algunas zonas de su cuerpo, al igual que la disminución de su actividad física y una mayor dependencia hacia nosotros.
- Démosle una alimentación que lo mantenga saludable: Los perros “senior” deben tener una alimentación balanceada, que cumpla sus requerimientos de nutrición y mantenimiento, tal como en las demás etapas de su vida. Un alimento Súper Premium, como Ringo Vitality, es ideal para ello.
Sin embargo, debemos estar muy atentos a dos aspectos clave: que no presente sobrepeso, pues es más probable que su movilidad se vea reducida o sufra lesiones óseas o articulares por este motivo, y consultar con un veterinario si su alimentación básica debe ser reforzada con algún suplemento, de acuerdo a sus necesidades específicas.
- Aprendamos cuál es la cantidad de actividad física que será beneficiosa para él: Cuando tu perro se hace mayor, notarás que su disposición para el juego y los paseos es menor, pero seguirá necesitando de ellos y de la socialización con otros perros para sentirse bien.
La recomendación es no esforzarlo de más y es muy probable que debamos hacer algunos cambios en nuestra rutina con él. El principal es entender que es más acorde con su bienestar realizar paseos cortos más frecuentes, en lugar de uno o dos diarios más largos.
- Entendamos sus cambios de comportamiento: Los perros se hacen más dependientes de nosotros conforme van pasando los años. Podremos notar, por ejemplo, que nos siguen con mayor frecuencia, pues sus sentidos se irán haciendo menos agudos y experimentarán una ansiedad mayor al sentirse solos, por eso, permitámosles que nos sientan cerca y manifestémosles nuestro cariño con frecuencia a través de estímulos como nuestra voz, los mimos y las caricias.
Otro cambio que podremos notar es que sus juegos se vuelven más dóciles y cercanos, muy diferentes a los más explosivos que prefería cuando era cachorro. ¡El hecho de que estén mayores no quiere decir que hayan dejado atrás su hábito de jugar!, solo que lo harán con más calma, por eso, aprendamos también a conocer sus tiempos y resistencia en este aspecto.
Como hemos visto, el amor es la forma más adecuada de proporcionarle bienestar en su nueva etapa de vida a ese ser que tantas alegrías nos ha y seguirá dándonos. Lo importante es aprender a entenderlo con comprensión y empatía. ¡Cuéntanos cómo te va!